sábado, 28 de diciembre de 2013

Hazme el amor y revuélcate en mi subconsciente.


A veces, simplemente, no sucede.
Es una realidad, una verdad, una tristeza, es una simple parte de existir. Estar no estando, ignorando, delirando y doliendo un duelo eterno o simultáneamente inexistente, adherente a la realidad. Estúpido, repugnante. Sentido de lo que jamás esperamos tener y no tenemos, porque no tenemos nada más de lo que pensamos y allí se limita la idea de poseer, desear, querer, tener, anhelar. Allí estamos, presos de lo que podamos pensar.
Un goteo insensato de ideas inmaduras, haciendo el amor consigo mismo, orgásmicas ideas coloridas, abstractas, petrificadas e impresas en vulgaridades, somos el mismo ejemplo de liberación que jamás tendremos, es algo contradictorio pero estás cuestionándote cosas racionales, según mi subconsciente ordena, encerrada en un mundo inmensamente aborrecible.
Ya no lloran mis ojos y mi sonrisa es una mueca burlista ante mis enemigos. Adormeciéndome con mis propias acciones veo flacas raquíticas, rusas esculpidas, asiáticas bailándome. Sueños lésbicos y verdaderamente indulgentes. Solo quien vio, entenderá. Iniciales drogadictas, gente que aborrezco besando mis mejillas con un putrefacto odio disfrazado de felicitaciones, felicitaciones por algo que jamás he hecho, ni pedí hacer por un largo tiempo; específicamente el tiempo que llevo viva.
La noche más rara desde que existo. Sobre las copas veo muecas, gente hablando de cosas superficiales, trabajo, dinero. Capitalismo sobre la mesa y mis ganas de vomitar ideas liberalistas. Nada ha sido tan abrumador, desde que mis ojos han visto la luz. He esperado pacientemente, sentada a un lado, rejuntando ideas de patriotismo, principios y aceptación. Igualdad para quienes así la acepten, marginalidad para quienes se discriminen a sí mismos. Educados, cínicamente manejados por una misma rigidez auto-ejercida.
Estoy volando una imagen patéticamente original, plasmando ideas viejas desde hace ya meses y expresando mierda como la que escribí en un par de renglones que nadie leerá. Soñando con triunfar algún día y criticando mi misma vida. Una mezcla destructiva.

Voy a abusar de mis ideas. Hazme el amor y revuélcate en mi subconsciente. Hoy soy pura y estúpida, soy una imbécil. Deshazme.