lunes, 27 de enero de 2014

Goodbye.

Pides descripción, que te ponga de pie en la línea final de mi paradigma y solo... solo no estoy oyendo lo que dices —su mano se meneaba con despreocupación por el aire, haciendo fluir sus palabras en brisas directas hasta él.

—¿Qué dirás? —su voz estaba teñida de una preocupación goteando de sarcasmo, nada de lo que él hiciera salir de su boca ella lo tomaría enserio, realmente estaba flotando en otra nebulosa, sin querer cambiar su punto de vista—, ¿Dirás que es mi culpa, nuevamente? ¿Es eso? Porque no quiero oírlo, no más.

—No estoy diciéndolo —ella desafió—. No estoy diciéndolo, en lo absoluto —se regocijó en su tono burlista, esta vez—. Solo estoy harta, y allí continúa la historia. En un pozo de odio y cansancio, ¿tú no te has cansado de contar siempre la misma historia? 

—Tú haces que siga pasando igual —quizás, solo quizás, él tenía razón. Aún así, eso para ella no era un impedimento.

—¿Y jamás te has preguntado por qué? —los ojos de aquella mujer que él había amado tantas veces de tantas distintas formas, se remolinaban en colores oscuros, teñidos de odio, ira, furia. El mundo, la vida, todo... se habían encargado, en un conjunto inquebrantable, de llevarse todo lo que él amó de ella algún día.

—No —respondió con brusquedad—. Ya no.

—Es mejor —sonrió cínicamente ante él—. Después de todo, desde que esto comenzó se ha convertido en mierda —él abrió la boca para alegar algo, pero la cerró cuando vio los ojos de la muchacha atravesar su piel como puñales veloces—. No te preocupes por negarlo. Desde que puse un estúpido sí en mis labios, entendí que caí en medio de la trampa como una niña ingenua, no soy imbécil. Tengo mis maniobras de escape, mis tipos de juegos dolorosos. Olvidas que soy una experta en la venganza.

—No siempre se trata sobre ti, ¿sabes? —una sonrisa sarcástica se dibujó en su rostro, haciendo que la sangre de la muchacha frente a él hirviera mucho más.

—¿No? —el sarcasmo rebasaba sus niveles naturales en sus palabras— ¿Si no se trata de mí, de quién entonces? ¿Estás olvidando que soy parte de la relación, verdad? —soltó una carcajada cínica— El amor es una mierda, por ende también tú. "Eres todo lo que quiero, te amo. Nunca te dejaría ir", ¿dónde puta has escondido todas esas dulces palabras? ¿A caso no decías que sí eran ciertas? Poco me importa ahora, la vida no está hecha para vivirla de dos, eso es casi un hecho. No me interesa qué clase de mierda intentes añadir. Cuando digo adiós, es adiós. Adiós, para siempre.

miércoles, 22 de enero de 2014

La soledad es demasiado sincera y realmente, estoy de acuerdo en tener sinceridad conmigo misma.

Entonces no sé si soy yo, eres tú. Simplemente, el frío duele y el corazón no está adaptado a tanta mierda para tan poco tiempo. Siempre es un adiós sin punto, un adiós que regresa y se convierte en un puto e insignificativo para siempre, pero esta vez estoy dispuesta a ser yo quien cierre el libro y comience una nueva historia, sin mentiras, sin estupideces, sin la persona que caga tantos renglones.
La soledad es demasiado sincera y realmente, estoy de acuerdo en tener sinceridad conmigo misma. Estoy bien, estoy mal, estoy sola y estoy intentando reponerme. Es algo que simplemente es un duelo silencioso, entonces la mierda llega como si fuera un regalo apetecible, uno que vas a tener siempre y debes ser feliz, porque el amor es mierda y sin amor nadie vive. Somos estúpidamente hipócritas.
Me sentía culpable, realmente me dolía saber que siempre era yo quien arruinaba las cosas y el peso caía en mis hombros, pero ahora... ahora me doy cuenta que no vale de nada sentarse a esperar que el juego continúe, cuando has dejado la partida prácticamente a la mitad. Es estúpido de mi parte confiar en un zorro que jamás cambiará la maña. Pero ahí estoy jugando con fuego.
La vida es una sola y al final del día, estás solo. Qué podría hacer, si nada tiene sentido cuando lo has perdido. Más que perderlo, he renunciado, lo he tirado y no recojo la basura. Recuerdos que recorreran siempre mis retinas, nada más que eso. Pero el fuego es potente y en la profundidad oscurecedora de mí, sé y estoy más que segura, que después de unos años solo seguirá siendo mierda, solo que cada vez más y más chicas. Esta vez he dicho basta y sé que no habrá respuesta del otro lado, por lo que aquí se que doblo a la izquierda y tu camino sigue a la derecha.