jueves, 25 de diciembre de 2014

Obligada a mirarte, porque, ¿qué más mirar si no es tu belleza embriagadora? La dulzura conjunta de aquellos ojos enchinados al sonreír con tanta libertad, pareciera ser un pecado perder tiempo admirando algo demasiado parecido a mis sueños más perfectos.
Sin embargo, nada se ha dejado ir. Todo está en mi mente y no parece querer salir. Casi como un error, pero los recuerdos siguen allí, porque... pensándolo bien, debió suceder lo que sucedió y debí conocer que besarte era tocar el cielo.
Debe ser la locura, agradecida eternamente de ello, quien me permite verte tan cerca, tan lindo, tan exacto a lo que pedí. Porque debo admitirlo, sin soportarte, estaría dispuesta a la eternidad.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Porque el primer amor, jamás vuelve...

¿Qué sabe la chica triste de finales felices? ¿Qué enseña de alegría cuando la oscuridad inunda su alma? Con la fuerza de un torbellino y la paciencia de la sabiduría, sola y su alma triste baila los compases monótonos y sufridos de aquella vida prestada.
Todos sus poemas portan las palabras de él, sus recuerdos y dolencias, la soledad en compañía y el amor tortuoso que marcó las profundidades de aquella alegría inocente y rozagante. “Juntos por siempre”, ella lo repitió tanto y en un momento no lo creyó nunca más. Porque quien quiera quedarse junto a ella deberá repararla y, ¿quién querría hacerlo?
Abrazada a la tristeza de aquellos ojos negros que hoy ya no la miran, sola y triste. Porque el éxito es frío y ella lo tiene, tiene las palabras, los halagos, las sonrisas y el enorme vacío del talento y el éxito cuando se está en soledad. De tanta alegría y color, nada está dentro, ella solo es la estructura, lo demás… se lo regaló al amor.

Nadie le presta alas otra vez, ni sonrisas sinceras. Los oídos son huecos, escuchan sin atender, y los ojos son superfluos, no ven nada verdadero. Alguna vez volvieron a abrazarla, a tocarla, a besarla y todo aquello nunca llegó a su esencia, porque su alma está en otra parte, con otra persona, en otro tiempo. A veces sonríe, pero no recuerda el sonido de una risa verdadera. Ya no es la misma, porque el primer amor jamás vuelve, jamás se queda, jamás te devuelve todo lo que has entregado, creces e intentas olvidar, pero se ha llevado lo mejor. 

sábado, 4 de octubre de 2014

Lleva su sonrisa, su dolor y su condena.

Nada en sombras y florece, brilla y se marchita, pero renace con la fuerza de un torbellino y arrasa, en su naturaleza está el triunfo destinado y en sus ojos marcados por la derrota está el cansancio de quien lucha por lo que ama a ojos cerrados pero a corazón abierto. El riesgo de apostar, pero sin el ánimo ni el miedo de perder, porque la esperanza corre en sus venas y el destino ha logrado que gane mucho más de lo que perdió. 
Atrás de tantas fachadas y tantas capas de innumerables reacciones, risas y emociones, la verdad es como una pizarra en blanco, legible y clara, tan distinta a todo lo que los demás creen. Solo hay una pasión, un dolor, una esperanza y un miedo. 
El arte. El amor. La vida. El olvido. 
Lo querrá toda la vida, sin rencores, sin sombras, sin luces, en la naturalidad y la pureza de su honesta alma. Abrazará su recuerdo y llorará en la soledad de su naturaleza, sin dejar que nadie la consuele, porque así es ella. Lo amará en silencio, sin ser capaz de saltar al olvido y volver a florecer en el amor, alguna vez sin tiempo ni espacio, otra vez, porque ella a nadie pertenece después de su liberación. 
Caminará sus horas a ritmo y pensará. Pensará en él, en ella, en los demás, en sus ideas, en sus miedos. Guardará todo para sí y sonreirá, porque nadie puede verla caer, ella no caerá. 
Está sola y lo ama. A su soledad, la ama. Los ama profundamente en su herida, en su piel, en su sanidad, en su mente y en su corazón. Desde adentro hacia afuera y desde el contexto a su centro. No lo dejará atrás, pero sí libre, porque el pasado es inquietante y lo aborrece, pero su presente es parte de ello y no lo olvida. No olvida quién la trajo, ni por qué. Está sola, pero antes no lo estuvo y no lo extraña. 
Lo ama, como se ama a las cosas viejas. Con obsesión, cierto rechazo y una pizca de dulzura entremezclada con el gusto agridulce y salado de la tristeza y las lágrimas, del olvido y extrañar lo que fue, pero con la seguridad de que ya no será útil y solo está ahí por la necesidad de saber que en algún momento fue feliz. 
Su corazón late, su mente vuela y ella está de pie en tierra firme, con el ansia voraz que su naturaleza le dio para conseguir el éxito innegable. 
Tiene su honestidad, su amor inmenso por quien se disponga a seguirla en la vida sin cuestionar sus sueños. Lleva su sonrisa, su dolor y su condena, su olvido y sus apegos, pero allí avanza, sola y fuerte, sin doblegarse ante lo que vayan a imponerle. Es fuerte, se ama y no caerá.

Está jugando a la vida y juega bien, porque las reglas son la clave y ella las redactó sin olvidar detalles. Aprendió a dejar ir, a dejar pasar, a recordar, pero sin caer, porque ese es el fracaso, recordar en caída libre. Ella recuerda en subida, cuesta arriba, olvida y sigue. Así funciona, así ama, así vive. Sola y subiendo con el olvido a su derecha y la soledad a su izquierda. 

Patéticos.

Aún con toda la distancia del mundo, sé que sientes el vacío, el frío. Porque a pesar de entregarte todo, sigue siendo poco y no hay nada más. Ni allí, ni aquí, ni donde sea que intentes buscar algo, tu chica se ha ido y no regresará. Podemos correr, en su busca o en su pérdida, pero ella no está corriendo. Ya no soy la misma, ni siquiera soy y eso está bien para mí. Contigo no existo, porque no hay nada que pueda encendernos ya más, ¡qué vacíos y qué tercos! 
Te di mi alma, te di mi cuerpo, te di mi mente, mis ideas, mis miedos, mi fortaleza, mi risa, mi llanto, mi tiempo y mis oportunidades, mis sueños y mis mil y una caída, ¿no fue suficiente? Tus reglas son tan abstractas y yo soy tan obstinada. Aún siendo otra persona, la oscuridad te alcanzaría, porque la soledad viene de mi mano. Y tal vez ese sea el problema, que tú necesitas tanto y yo necesito tan poco. 
No está mal estar loca, ni siquiera está mal lo que hago o haces, pero sigue sin hacer gloria a mis principios y te aborrezco cada vez que te acercas, pero te atraigo como la flor a la abeja. Destructivos como solo nosotros podemos ser, pero el universo conspira en nuestras posturas totalmente opuestas. Como una bala perdida impactamos el uno en el otro y destruidos nos regozamos en quebrarnos más y más; ¿Eso es el maldito y paradójico amor? 
"Volemos", incitaste, pero es violencia mentir y huir, dejar las cosas en mitad y pisotear corazones con total autoridad y arrogancia. Es violencia pegar psicológicamente y reír de lo que alguna vez te hizo feliz, es violencia hablar y hablar, es violencia oír lo que quieres y evitar sentir o compadecerte de lo demás. Porque el infierno aguarda por tu violencia y no hay quién no arda en él. Pero no hago caso y sonrío, hablo y sonrío, lloro y sonrío, actúo y sonrió. Más allá de todo, venganza es sonreír y violencia es aceptarlo. 
Nos abrazamos, reímos, hablamos, nos besamos, hacemos el amor, lloramos, gritamos, peleamos, nos vamos y en mi interior el vacío se abre como una grieta enorme y tú quedas fuera, lejos y congelándote. No imaginas cuánto disfruto de aquello. Cada vez que me acerco y me quemo te vas más y más lejos, vuelves y te vas, vuelvo y te vas. Te vas, siempre te vas y esta vez ya no duele demasiado. 
Somos tan patéticos.

lunes, 7 de julio de 2014

Gloriosa.

I want money, power, glory.
Como en una película de malos. Revólver, tatuajes, sexo y drogas. Las noches en la ciudad son tan oscuras pero tan conocidas que no necesitamos instrucciones. Somos malditos, maldecidos, estamos inscritos en el lecho de la muerte y no nos importa, porque somos jóvenes con sueños.
Llevo mis uñas rojas y mi vestido negro, dices que estoy actuando como una "suicide girl", pero solo estoy intentando hechizarte. He salido de mi cuento con una fantasía y es la misma que tú sueñas, te he buscado, te he encontrado y no voy a soltarte. Un poco de poder y dinero podrán solucionar nuestro abismo.
Ninguna va a compararse, soy una chica triste y mala, pero soy tú chica. Mis virtudes las sobre pasan, mi mente, mi música, mi poesía. Soy una mujer malditamente libre, por siempre. Ellas son pequeñas perras, pequeñas piezas que no encajan contigo. Eres fuego, ellas son madera, yo soy más ardiente que tú. Puedes ir lejos, estar cerca, ignorarme o buscarme, la atracción es más fuerte.
Conoces la libertad, la conoces conmigo. Conoces nuestra felicidad, la conoces por mí. Todas las estrellas brillan por nosotros, las noches son largas para nosotros, el humo flota solo para nuestro baile, tus manos solo tiemblan para mí, cariño. Entonces, ¿eso no dice nada?
Me siento la reina del universo, y aunque no lo sea, nada se compara con las sensaciones que puedo describir, con lo que mis ojos ven, con lo que mis labios besan. Conocí la felicidad, conocí la pasión y no necesito más que eso. Soy tan fuerte, tan segura para ti. Soy linda cuando río, soy linda cuando lloro y sabes eso porque jamás lo has logrado. Irás, vendrás, tu mundo girará entorno a mí.
La otra no sabe quién soy, no entiende de pasiones, ni de noches en vela. No entiende de tu risa, de tu llanto o de tu seriedad. Ella es demasiado perfecta, pero fría. No se compara, claro que no lo hace. Pero entonces tú y yo somos la gloria, ella jamás aceptará eso.
Subimos y bajamos a destiempo, pero cuando subimos juntos, nadie nos pone el límite, cariño. Nadie. Somos pájaros libres y el tiempo es algo que no conocemos. La vida, las noches, los excesos, las risas, tantas manos, tantos labios, tanto de todo y tan poco de aquellas mujeres que a veces sueles creer tuyas.
Sonrío, sola y sin prisa, contenta conmigo misma y mi eterna y fiel soledad. Soy la mejor de todas ellas, soy la que levanta la copa y sonríe sin mirar cuál de ellas pasa hoy, porque siempre estoy aquí y tú, siempre, regresas. Soy infinitamente genial porque te conozco, conozco tus trucos y tus debilidades, sé más de ti que ellas y no me importa, porque fui tuya y ya no lo quiero. No quiero tu amor, no quiero tus besos, no quiero nada de ti, sin embargo, aún lo tengo todo para mí.
Tengo la gloria de conocer tu corazón al desnudo, lo he vestido y desvestido a mi antojo, lo he cuidado, lo he roto, lo he reparado. Te rescaté, te tiré, te usé, te valoré. Te quise, te amé, te odié, te extrañé, te ignoré, te aborrecí, te necesité. Siempre hemos regresado, hasta que decidí quedarme, tú vas y vienes, cansado y roto, a veces te reparo, a veces te uso como estás. Al fin de cuenta, siempre te vas.


No me importa nada, porque me has llevado a conocer la gloria de la frialdad.

domingo, 6 de julio de 2014

En un aborrecimiento eterno, amo sus recuerdos.

Siempre un montón de debilidades conocidas te delata, es una posición en mis juegos, otra gran debilidad. Él es una enorme sombra, preguntas, dudas, partes vacías simplemente teñidas de un negro indescifrable, una tiniebla eterna y pesada. Yo soy un pozo, hondo y visible, aún así, nadie se atreve a llegar al fondo. Termino por ser el descanso de sus pensamientos cansados, absorbiendo sus sombras sin preguntar por qué.
No puedo cambiarlo. Mi amor no es tan poderoso, él es inquebrantable y es triste. Ninguna fuerza lo toca, pero es cambiante, es disperso, es infinito y eso me aburre. Soy fuerte a su lado, soy más grande, soy infinitamente única en mi propio camino, paralelo a sus curvas peligrosas y sus giros mortales. Puedo hablar, puedo decir, puedo pensar y guardar. Él solo puede mentir. Es vicioso, es circular, es básico como todos los hombres de su talla. Es el videoclip más asqueroso de repeticiones ambiciosas y morbosas.
Es el hombre más patético que conocí. Soy la fotocopia más original que podrá encontrar. Es petético, agobiante, básico, mentiroso, es repetitivamente cambiante, pero aún me tiene y no sé cuando va a soltarme.


En un aborrecimiento eterno, amo sus recuerdos.

domingo, 1 de junio de 2014

Demonios.

Lo intento. Intento odiarte y solo duele, ¿es eso odiar? ¿Es el dolor? Las imágenes me destruyen, me atormentan. No sabes lo que es, no tienes idea. Solo te da impotencia, te vengas, pero duele, duele tanto como nada dolerá. La felicidad que no es mía, el amor que no es mío, todo lo que te pertenece y no es mío, pesa sobre mí, me duele a mí, me hunde a mí.

Sin embargo, eso fue todo. No tengo nada más, estoy vacía, no tengo nada para dar... a nadie. No tengo sonrisas, no tengo ánimos, no tengo fuerza, no tengo algo que brindar. Solo estoy yo, danzando en mi oscuridad. Te lo has llevado todo, todo. Y todo, no fue suficiente.

Bien entonces, no quiero que te quedes.

domingo, 11 de mayo de 2014

Cada día vives aterrado por algo nuevo.

¿Sabes por qué amo la lluvia? Porque identifica lo que soy, lo que fui. Mi esencia, mi karma, mi destino.

Puede ser fuerte, una tormenta arrasadora que destruye lo que alcanza, que aterra lo que no encuentra y que dura lo que el peso de su ira determine. Así es una sombra hambrienta, furiosa, luchadora, ambiciosa, vengativa, dura y fría. Una lluvia de invierno. 
Así mismo una llovizna es totalmente lo opuesto. Débil y silenciosa, lenta y duradera, estancada, monótona, aburrida, fresca, pero insignificante si no trae con sí una tormenta. Una persona rutinaria, débil, triste de sí, aburrida, manipulable. La sutil forma de sentirse entre Dioses & Monstruos, siendo devorada, lentamente.

La lluvia es los dos polos, fría y caliente, lenta o rápida, furiosa o triste, duradera o fugaz, pesada o liviana, sucia o limpia. Día o noche. Casi como una persona distante o cercana, soñadora o monótona, vengativa o negativa, rutinaria o aventurera. Una persona que escribe para bien en el libro de alguien o una que lo hace para arrancarse la hoja por miedo a jamás volver a escribir algo igual.

El miedo no existe para la lluvia, tal vez esa sea la diferencia. Siendo humano, no puedes contraerte de sentir miedo. En cierto punto, cada día vives aterrado por algo nuevo. A veces te liberas, a veces te atas.

lunes, 5 de mayo de 2014

Sin embargo, el amor, mí amor, que estás perdiendo día a día, nunca lo recuperarás cuando haya muerto.

Había una vez...




...todos conocemos un cuento que comienza con las tres palabras que más de una vez nos hicieron soñar nuestra misma historia, en otro tiempo, otro espacio, en otra circunstancia, una que probablemente, nunca de los jamases, se daría de aquella manera.

Caemos y en un afán ingenuo e infantil por aferrarnos a algo, nos aferramos a la rama que tiene espinas, huyendo de algo tan simple y elemental para encontrarnos como lo es la soledad. Quizás este sea el problema, no queremos estar solos por el simple acontecimiento aterrador de conocer quiénes somos, para qué estamos y cuánta aptitud colma nuestras almas. No aptitud académica, no estudios, no aprendizajes estudiados de libros, más bien... la aptitud de construir espiritualmente una fortaleza, de sentir la libertad en los pequeños detalles y disfrutar de las cosas, buenas o malas, de una manera vital, con energías, positivas y negativas, porque todo es necesario para crecer.



Ese es el qué de mi cuestión.

Soy débil ante ti, tanto como llegar al punto del masoquismo psíquico. Tal vez llegue a ser demasiado fuerte en otros aspectos, sobrepasando los límites algunas veces, cayendo en el límite de la distancia, el autoritarismo, la terquedad, y... ¿por qué no?, la frialdad incluso. Sin embargo, contigo soy ese mismo cubo de hielo bajo la lupa reflejándome el sol, derritiéndose sin piedad, quedando descubierta. Flaqueando en mis propias grandezas. Enfrentando mis propios miedos sin estar segura de que son míos o tuyos. Soy un títere en manos de un titiritero en el que confío ciega y plenamente. Un acto de amor o estupidez, sea cual sea su calificación, mi alma está hundida en una adoración enfermiza, casi tanto como una maldita enfermedad terminal.

Como un ciclo repetitivo, doy vueltas mis ideas intentando encontrar la salida, pero el camino es demasiado profundo. No sé si quiero escalar o realmente no puedo hacerlo, sea cuál sea la salida, estás aferrándote a mis pies mientras intento subir, pesa y mi mente es débil cuando dices que me quede, ni siquiera me cuesta demasiado quedarme. Aún así, estoy segura de que el sentido que toma esto no es existencial. No puedo vivir recorriendo los mismos paisajes, las mismas alegrías, los mismos dolores cada vez que caigo contigo. Simplemente, no es humano. Erré, estoy errando y sigo aquí siendo consciente de ello, ¿qué es lo que no aprendí contigo que debo aún hacerlo para irme? Porque el ritmo es agitado, monótono y está consumiéndose lentamente mi integridad.

Olvidándome de mis propios valores y consejos, estoy haciendo exactamente lo que odio, ¿y quieres saber qué es lo que más me molesta? Es que aún no sé si lo hago por comodidad, por costumbre, por miedo a cambiar de aire o simplemente lo hago por amor.



"Quiero morir con una mano en el corazón" (Je veux - Zaz)


Quizás de la misma manera en la que un borracho se ve tentado a entrar en un bar en medio de la noche de un verano caluroso por otra cerveza, yo me veo tentada por la comodidad a perder mis principios luchadores y liberalistas, ¿pero sabes algo? Si hay alguien que está perdiendo, eres tú. Porque... puede que pierda mis principios por un rato, pero los recuperaré. Sin embargo, el amor, mí amor, que estás perdiendo día a día, nunca lo recuperarás cuando haya muerto.



16/07/2013.
"Te obedecí hasta donde pude, Mi Genio Amor".

lunes, 21 de abril de 2014

Una vez pedí completar la historia, cerrar el ciclo, y lo hice.



¿Y qué sentido tiene olvidar, cuando está claro el modo de autodefensa? Nos ponemos fríos, distantes, es de las pocas veces que pensamos en el bien propio, allí es el final. Es la distancia la que determina el método, la infelicidad, el dolor, es ese el punto en el que decides si ser por ti mismo o atarte a sufrir, quién sabe cuanto más.
Es lógico, es comprensible, pero eso el corazón no lo entiende. Es una duda sobre si extrañas la forma en la que te sentiste cuando las cosas estaban bien o es que en realidad extrañas aquel poco de atención, aquella manera de compartir tus rarezas, tus sonrisas, de perder tu tiempo sin hacer o decir nada que cambie el mundo, solo que ensanche tu corazón, que te de calambre en la sonrisa, que te llene el alma. Esa es la eterna duda, ¿es la costumbre, es el amor, soy yo o eres tú?
Es difícil escarbar en ti, en tus recuerdos, pero allí está todo lo que debes soltar, las malas cosas que debes dejar ir, solo conservar lo que te ayuda a crecer, a subir. Las lágrimas, no son malas. Son parte del proceso, y si crees que no te he llorado, el lado en el que te has puesto está mal.

Lloré, me sentí caer en pedazos sobre la nada misma, sobre el mismo lugar que todo empezó. Sentí el vacío, sentí la impotencia, sentí los recuerdos atormentarme, sentí la satisfacción de saber que lo di todo, sentí la rabia de saber que no bastó, sentí ganas de recibir más, sentí el deseo de alejarme, quise tenerte lejos, ¿pero tiene lógica alguna?  Si detrás de todo, estoy segura, habrá alguien esperando por mi sonrisa.
¿Cómo alguien puede decir "te quiero", cuando en realidad solo está declarándote una guerra interna? Está destruyéndote. Cayéndome en pedazos, pedí por compañía, por piedad soñé que me ayudaras, ¿y sabes qué conseguí? Encontrarme conmigo misma. Fuerte, segura, tal vez vengativa, no rencorosa. Y detrás de todo, aún hay más.
No me arrepiento, lo volvería a hacer todo, solo si el replay fuera opción. Sin embargo, hay que soltar, superar, dejar ir. Y tal vez, sin siquiera ponerme a analizarlo, considere la opción de que esta es la enseñanza. Tener la idea de que los puntos finales, ni siquiera en situaciones inoportunas, son tan malos. Un ciclo es un ciclo, cuando no puedes dar nada bueno, entonces allí debes dar vuelta la página, terminar la historia.
Una vez pedí completar la historia, cerrar el ciclo, y lo hice. Cerré la etapa de amores tontos, de ilusiones falsas, quizás deba agradecer eso, puede que no me hubiese dado cuenta si esto no pasaba.

Temblando en mi caluroso invierno, sollozando en mi aturdidor silencio. Encontrarme conmigo misma, sonreír y pensar que soy libre, sin importar nada lo demás.

viernes, 11 de abril de 2014

A veces, amándote. Otras tantas oportunidades, odiándote. Quizás te extrañe, quizás te remplace, quizás, solo tal vez, encuentre lo que estoy buscando y pueda olvidarte, tal vez solo tal vez te quedes con un pedazo de mí. Si eso pasa, rogaré que jamás regreses.
A veces, te perdono. En mil oportunidades, he olvidado. En otras miles de millones más, no evité llorar. Sin embargo, ¿cuánto más puedes mentirte a ti mismo? Ya sabes lo que es, ya sabes cómo terminará, es una decisión inamovible, una elección irreprochable.
Hablaré, confesaré, jamás he sido demasiado feliz como lo he dicho. En retrospectiva, he llorado por ti mucho más de lo que he reído contigo y creo que eso no tiene sentido de felicidad, en absoluto.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Es liberación, mucho más que eso, es la misma libertad.

Si me dices que estás listo para despedirte, estoy segura de que tus palabras se hunden en tu olvido, como todas las mentiras. En tu contra, casi luchando contra tu propia moral, sueltas ideas, palabras, cuchillos hacia mí, ¿y sabes algo? Casi es gracioso, pero doloroso a la vez, saber que no me mientes a mí, sino que intentas convencerte a ti mismo de algo que en mucho tiempo jamás podría convertirse en verdad, ¿sabes por qué? Porque hasta el más imbécil de los hombres, aceptaría a leguas de conocerte, que me quieres.
Me quieres y lo sé, lo noto cada vez que me sonríes, cada vez que suspiras al besarme, porque eso no es agobio, es liberación, mucho más que eso, es la misma libertad, esa que me invade también. No hay otra cosa, solo amor, solo él te da alas, solo él te las quita, solo… solo tú no puedes luchar contra la naturaleza del corazón. No puedes elegir no quererme, porque el destino ha escrito, ha predispuesto y se encarga de atar nuestros caminos.

Pero, sin embargo, ¿si no me quieres? ¿Si la luz que estoy viendo solo es el final del día y la noche más tenebrosa de todas se acerca a acecharme? ¿Si solo dices que todo está bien para marcharte y dejarme en una invaluable tranquilidad falsa? ¿Si esto es solo el final del libro y yo estoy agregando hojas para seguir escribiéndolas, sola? ¿Cómo alguien que tanto quiero podría ser tan hipócrita conmigo? ¿Cómo las palabras pueden darse la vuelta y bofetearme a mí misma? ¿Cómo demonios puedo estar tan ciega si es cierto el temor? 

jueves, 27 de febrero de 2014

No fuimos perfectos, pero tampoco encontrarás en ella la vida que encontraste en mí.

Venganza, un plato que se sirve en frío y se disfruta de admirar de lejos. Mortal, letal, doloroso, tortuoso, no interesa qué pasará luego, hay que disfrutar el momento en el que pasa, simplemente allí se disfruta. 

Mil veces he dicho que no sería la clase de persona que tú eres conmigo, pero ¿a quién demonios quiero engañar? Quiero hacerlo, quiero verte sufrir igual que sufrí yo, ¿y qué me lo impide? Absolutamente, nada. 

Tengo una guerra en mi mente, retorcida y esparciéndose en ella, lo teníamos todo y lo has abandonado. La oportunidad perfecta para destruirte poco a poco. Lentamente. Ella es dulce y angelical, pero, claramente, jamás serán lo que tú y yo fuimos. Tomarás de ella lo que quieras y eso poco a poco comenzará a perder sentido para ti, porque nada de fácil alcance satisface siempre las expectativas. Necesitas peligro, negación, lucha, casi entrega, pero siempre con algo por medio, por lo que luchar o negociar.

No fuimos perfectos, pero tampoco encontrarás en ella la vida que encontraste en mí. Somos iguales, algunos años de diferencia, pero iguales en fin. Quizás no tanto, tal vez ella mucho más manipulable, pero, ¿sabes algo? Las ideas retorcidas florecerán pronto. 

Detrás de todo, soy un fantasma escondida tras de ti. Me buscarás siempre y no porque yo lo desee, simplemente así está predispuesto a ser. No me dejarás en paz y tampoco yo lo haré. La venganza será eterna y vital para los dos. Tú llorando por piedad, yo removiendo heridas para verte sangrar.

Enamorados, autodestructivos, masoquistas.

viernes, 21 de febrero de 2014

Te has llevado mi mejor parte.

Empieza y termina como siempre hemos esperado, son las últimas palabras que me dedico tiempo a escribir para ti. Jamás esperé nada de lo que pasó, ni siquiera supuse que todo pasaría de esta forma. Sin embargo, nada de lo que esperamos es como lo deseamos.
Nunca esperé que aquél fuera nuestro último beso, de saberlo te hubiese besado más, tampoco me tomé el trabajo de repetir que te amo, pues jamás esperé que fuera la última oportunidad que me daría a mí misma de hacerlo. Te hubiese besado, hubiese hecho de la despedida un real adiós. 
Mientras yo lloro, tú ríes. Supongo que es justo, estoy pagando lo que alguna vez fui capaz de hacer, nada es en vano. No te odio, simplemente deseo ya no amarte. 
Nunca sabes cuando acabarás por perder lo que amas, eso duele. Vivir con el dolor y la duda de pensar si aquella fue la despedida, necesitar entender por qué acabó tan rápido, entendiendo en vano que nada valió la pena demasiado. Sentir el remordimiento, aferrarse a la esperanza nula de que alguna vez pueda funcionar, siendo que sabemos a la perfección que no es así... nunca seremos uno, nunca funcionaremos.
No hice suficiente, no dije suficiente y jamás tendré la oportunidad de hacerlo, porque no dejaré abierta la puerta esta vez. Duele, es frío y oscuro cuando comienzas, pero no tardaré en aferrarme a algo y salir nuevamente a flote. Ya no más historia para nosotros. Cerré la historia, te extraño, pero no dejaría que mi corazón se rompa otra vez.
Te perdí, no encontré valor suficiente, no tuve la valentía de amarte, quizás porque no tenía la seguridad que necesitaba. Tal vez, porque simplemente, no nacimos para estar juntos. Sin embargo, no me arrepiento, no cambiaría nada de lo que pasó, solo lo haría mejor. 
Duele, siempre dolerá. No importa cuanto intente sacarte de mí, te has llevado mi mejor parte. 

jueves, 6 de febrero de 2014

Una y otra vez.

I've got nothing left to lose.

Agonizante danza de letras alteradas, memorias subjetivas y favorecidas hacia sí mismas. Palabras de consuelo jamás emitidas, bocas delineadas, rojas, sangrientas, agrietadas, frías, filosas.Descripciones absurdas 15 años y medio después del milagro, no milagroso.
La luz no ilumina a los solitarios, después de la catarsis idiota de ideas absurdas sin moldear, todo suena patético. Incluso eres patético. Nada tiene sentido, tus principios, tus convicciones, tus sentimientos, son mierda bajo tus pies. Lo curioso es que, irónica pero correctamente, tienes la luz. Estás en lo alto, estás allí, donde tus ideas son oro, pero no lo valoras, ¿sabes por qué? Porque has quedado vacío. Estás solo, vacío, sin nada que te mantenga de pie.
Caes, renaces, comienzas a acumular toda las cosas que te harán morir y renacer, sin tiempo definido, sin un ciclo igualitario, una y otra vez. Como un flash democrático, todos los votos están allí. A favor, en contra, sin servir para algo, incluso.
Está bien, no lo está. Ni siquiera pienso en ello.

Demonios.

Entonces, no es solo una cuestión de equilibrio, realmente, comienzas a darte cuenta de que estás cayendo. Estás perdido en ti mismo, y lo más gracioso es que cada coma que pones es una enumeración absurda de la parte oscura de tu subconsciente. Irónico, estúpido, ignorado, solo, en conjunto, arriba, bajando, cayendo, aterrizaje. Impotencia de decir la verdad en cada letras, simplemente no evitas nada más que nada.
No me interesa, nada que puedas decir revertirá toda las páginas que escribí mientras jugabas a ser el puto amo del mundo, un mundo en el cual nada existe, en el que nada depende de nada y simplemente, estás fantaseando con mierda.
Palabras, mentiras, más palabras, más mentiras. Equitativo, recíproco. Casi un ciclo sin fin en el que yo soy el medio, el punto que recibe cada una de las ondas que se emiten repetidamente hacia dentro, comencemos por analizar un punto, por destruir el siguiente y regocijarnos en el restante.
No creo en los milagros, la soledad es cruel, ¿pero sabes algo? Irónicamente, es leal y fiel cuando la eliges a toda costa.

lunes, 27 de enero de 2014

Goodbye.

Pides descripción, que te ponga de pie en la línea final de mi paradigma y solo... solo no estoy oyendo lo que dices —su mano se meneaba con despreocupación por el aire, haciendo fluir sus palabras en brisas directas hasta él.

—¿Qué dirás? —su voz estaba teñida de una preocupación goteando de sarcasmo, nada de lo que él hiciera salir de su boca ella lo tomaría enserio, realmente estaba flotando en otra nebulosa, sin querer cambiar su punto de vista—, ¿Dirás que es mi culpa, nuevamente? ¿Es eso? Porque no quiero oírlo, no más.

—No estoy diciéndolo —ella desafió—. No estoy diciéndolo, en lo absoluto —se regocijó en su tono burlista, esta vez—. Solo estoy harta, y allí continúa la historia. En un pozo de odio y cansancio, ¿tú no te has cansado de contar siempre la misma historia? 

—Tú haces que siga pasando igual —quizás, solo quizás, él tenía razón. Aún así, eso para ella no era un impedimento.

—¿Y jamás te has preguntado por qué? —los ojos de aquella mujer que él había amado tantas veces de tantas distintas formas, se remolinaban en colores oscuros, teñidos de odio, ira, furia. El mundo, la vida, todo... se habían encargado, en un conjunto inquebrantable, de llevarse todo lo que él amó de ella algún día.

—No —respondió con brusquedad—. Ya no.

—Es mejor —sonrió cínicamente ante él—. Después de todo, desde que esto comenzó se ha convertido en mierda —él abrió la boca para alegar algo, pero la cerró cuando vio los ojos de la muchacha atravesar su piel como puñales veloces—. No te preocupes por negarlo. Desde que puse un estúpido sí en mis labios, entendí que caí en medio de la trampa como una niña ingenua, no soy imbécil. Tengo mis maniobras de escape, mis tipos de juegos dolorosos. Olvidas que soy una experta en la venganza.

—No siempre se trata sobre ti, ¿sabes? —una sonrisa sarcástica se dibujó en su rostro, haciendo que la sangre de la muchacha frente a él hirviera mucho más.

—¿No? —el sarcasmo rebasaba sus niveles naturales en sus palabras— ¿Si no se trata de mí, de quién entonces? ¿Estás olvidando que soy parte de la relación, verdad? —soltó una carcajada cínica— El amor es una mierda, por ende también tú. "Eres todo lo que quiero, te amo. Nunca te dejaría ir", ¿dónde puta has escondido todas esas dulces palabras? ¿A caso no decías que sí eran ciertas? Poco me importa ahora, la vida no está hecha para vivirla de dos, eso es casi un hecho. No me interesa qué clase de mierda intentes añadir. Cuando digo adiós, es adiós. Adiós, para siempre.

miércoles, 22 de enero de 2014

La soledad es demasiado sincera y realmente, estoy de acuerdo en tener sinceridad conmigo misma.

Entonces no sé si soy yo, eres tú. Simplemente, el frío duele y el corazón no está adaptado a tanta mierda para tan poco tiempo. Siempre es un adiós sin punto, un adiós que regresa y se convierte en un puto e insignificativo para siempre, pero esta vez estoy dispuesta a ser yo quien cierre el libro y comience una nueva historia, sin mentiras, sin estupideces, sin la persona que caga tantos renglones.
La soledad es demasiado sincera y realmente, estoy de acuerdo en tener sinceridad conmigo misma. Estoy bien, estoy mal, estoy sola y estoy intentando reponerme. Es algo que simplemente es un duelo silencioso, entonces la mierda llega como si fuera un regalo apetecible, uno que vas a tener siempre y debes ser feliz, porque el amor es mierda y sin amor nadie vive. Somos estúpidamente hipócritas.
Me sentía culpable, realmente me dolía saber que siempre era yo quien arruinaba las cosas y el peso caía en mis hombros, pero ahora... ahora me doy cuenta que no vale de nada sentarse a esperar que el juego continúe, cuando has dejado la partida prácticamente a la mitad. Es estúpido de mi parte confiar en un zorro que jamás cambiará la maña. Pero ahí estoy jugando con fuego.
La vida es una sola y al final del día, estás solo. Qué podría hacer, si nada tiene sentido cuando lo has perdido. Más que perderlo, he renunciado, lo he tirado y no recojo la basura. Recuerdos que recorreran siempre mis retinas, nada más que eso. Pero el fuego es potente y en la profundidad oscurecedora de mí, sé y estoy más que segura, que después de unos años solo seguirá siendo mierda, solo que cada vez más y más chicas. Esta vez he dicho basta y sé que no habrá respuesta del otro lado, por lo que aquí se que doblo a la izquierda y tu camino sigue a la derecha.