sábado, 22 de junio de 2013

Sencillamente y en pocas palabras.



Y sí, lo admito. No sé cómo expresar cada idea que produces en mi mente con tu simple presencia. Puede que sea el destino, el tiempo, la forma en que tuve y perdí algo valioso. Aún no descifré como actuar ante ti. Suena patético e inmaduro, sueno como una niña ante la duda de cuál juguete llevar del estante. Sin embargo, cada pensamiento referido a cambiar mi forma termina siendo un fracaso, una idea más fallida de lo que pude ser o hacer y, simplemente, no sucedió.
Tú dices que el tiempo lo decidirá, no tengo respuestas, mucho menos certezas de qué quieres decir con aquello. Simplemente, esperamos que algo pase. No voy a dejarte ahora, no quiero dejarte. Amor, obsesión, lo que sea que me ate a el sentimiento que creció dentro de mí, ya no es tan pequeño como para lograr que me rinda.
Hay algo en tu forma, sencillamente no sé de qué se trata. Estoy segura que éstas no son las últimas oraciones que escriba hacia ti. En todo mi mundo habrá siempre un recuerdo tuyo y mi única forma de recordarlos siendo feliz es escribiéndolos. No espero que termine, sé que somos jóvenes, y aunque muchos digan que la vida es larga, contigo el tiempo parece volar y no espero arrepentirme de no haber hecho o dicho lo suficiente.
Pero después de tantas dudas y preguntas sin respuestas, hay algo que sí sé. Sé que odio el día en que hablé sin pensar. Sé que odio cuando alguien más está contigo. Sé que detesto la distancia que creamos nosotros mismos para no sufrir. Sé que duele tenerte cerca y no poder tocarte. Sé que no paro de pensar en lo que fuimos, en lo que pudimos haber sido, pero sin descartar la idea de que seremos algo mejor. Sé que no tengo miedo de arriesgarlo todo, porque sé que valdrá la pena.
Sencillamente y en pocas palabras. Sé que me equivoqué y extraño lo que fuimos; sin embargo, sé que podemos ser algo mejor y puedo amarte como siempre quise.

miércoles, 19 de junio de 2013

Quiero ya no amarte y enterrar este dolor ♪

Casi como un simple punto final en la más triste de mis páginas, así podría describirse. El sentimiento es tan oscuro como las noches de invierno donde nada es más deseable que un poco de calor. Mis nervios son un manojo de mariposas moribundas en mi estómago, intentando volar tal como un pájaro lo hace con una de sus alas rotas y el viento en su contra. 
El sentimiento es como una pierda en mi camino, me tumba. Desde el punto que analice la oración, no puedo comprender por qué sigo nombrándote indirectamente en ella. Se puede decir que no es lo más horrible, pero sí lo más doloroso. Algo tan contradictorio como consumir hielo en invierno o encender la calefacción en medio de diciembre. 
No hay reglas, ni correcto, ni erróneo. Simplemente estamos aquí, esperando un milagro. Solté el mar de palabras que inundaba mi cabeza cada noche, el viento se llevó esas palabras y ya no tengo otras por decir. También hablaste, pero mi mente jamás dejará ir esas palabras.

martes, 11 de junio de 2013

Las palabras son solo la descripción de lo que vendrá en las próximas páginas, porque lo estás haciendo bien.



Y aquí es donde mis pies fallan, mis manos tiemblan y mi cerebro es un solo nudo dado vueltas redactando oraciones en blanco. Todo el mundo está exigiendo algo, mágicamente eres casi indestructible. Tu vida comienza a basarse en un simple momento de felicidad al cuál le llamas amor y la sonrisa que das todos los días es lo que recibes cuando sus manos te tocan.
Solo esperas, pacientemente aunque sea casi un momento muerto en tu vida bañado de desesperación, pero los resultados llegan cuando menos te lo esperas; la vida lo tiene todo perfectamente escrito detrás de una gran historia que cubre todos los malos sentimientos. Sientes dolor, odio, furia, decepción. Lloras, esperas, luchas, pierdes, te levantas, sigues... todo parece jamás tener un fin, jamás llegar a su logro. Solo parece que sigues nadando en el mismo barro. Pero, alguna vez das vuelta la página, porque ya has terminado de escribir todos sus renglones, y... ¡Allí está! Tienes una página en blanco para escribir un poco de lo bueno, de la felicidad, de lo que esperabas.
Tus manos tiemblan cuando es hora de las primeras palabras. Esperas un momento mágico, algo que "salga chispas y la química sea perfecta". Borrarlo todo lo de atrás, las anteriores páginas, para ser feliz. Tienes la oportunidad, está allí y la tomas. Las palabras son solo la descripción de lo que vendrá en las próximas páginas, porque lo estás haciendo bien.
Esta vez lloras, pero de alegría. Ríes, sonríes, das, recibes. La alegría se vuelve un modo de vida y ya no es inusual sentirte flotar cada vez que estás cerca de quién eliges para titular tu página de amor a los 15 años. Un solo nombre, una sola persona, una sola sonrisa, alguien que produce el cambio más drástico en tu vida. Es por quién toman sentido tus sonrisas, por quién intentas luchar hasta sin fuerzas. La vida está sonriéndote, porque es tu turno de ser feliz.
Tómalo, sé feliz, aprovecha, disfruta el hoy, pero sobre todo, ama a quien te ama hoy, porque quién sabe mañana.

domingo, 2 de junio de 2013

No voy a decir que te amo, pero tampoco voy a negar que te quiero.

Una palabra, un solo error, una sola falla basta para romperlo todo. Las palabras hoy son solo el graffiti que al cruzarlo me hace recordar tantos besos, tantas sonrisas. Nuestra historia fue una leve oración que pareciera jamás tener final. No la irrumpió un punto, una coma, ni siquiera puntos suspensivos. Extendiéndose a lo largo de la página en blanco que decidí dedicarte, nuestra historia fue una veloz y violenta redacción, encerrando en cada una de sus palabras un sentimiento especial. Fuego y agua, una combinación que jamás podría funcionar, pero de todas maneras, estábamos cerca.

Hoy no me duele. Te veo, me miras, nos miramos, pero naturalmente mi sonrisa se desvanece al verte. A penas un "Chau", musito con mi voz encerrada en paredes de frialdad y lejanía. Tus ojos, los que alguna vez me causaron escalofríos, se prenden de mí con agonía y un poco de dolor. Culpa quizás sea la opción adecuada para describir el brillo que se apodera de tus ojos.
Nada causa en mí tu sonrisa, si a esa mueca que dibujas podría decirle así. Ya no hay nada. Quizás te extrañe, mi corazón en realidad te extraña, pero no es demasiado como para correr a ti diciéndotelo. Las acciones duelen y ella debe ser algo más a tu altura que yo. No me quejo, ni te juzgo, simplemente me alejo porque entiendo que jamás fui lo que quisiste. Debo ser sincera, tu compañía era una amistad que no podría encontrar con facilidad, pero como tú siempre pensaste, sin decirlo e intentando hacer que funcione como algo más, "simplemente amigos, nada más".

Me acostumbré a tus llamadas, tus visitas desesperadas, tus manos, tus labios, tu sonrisa, tu aroma. No hay nada que pudiera hacerme decir que fue malo, porque a pesar de su poca redacción, fue una de las mejores oraciones de mi libro, ¿sabes algo? Dejaré aquella página que guardé para ti, sin terminar. Sin un punto. Simplemente, guardando los muchos renglones que la rayan para continuarla en letra pequeña cuando la madurez intente estar en ti.
Si hay algo que no escribiré en aquella historia, es el rencor o la decepción; porque extraño tu presencia, extraño tus palabras y eso es algo que nadie puede cambiar.


Fue una pequeña historia con una magia un tanto especial. No voy a decir que te amo, pero tampoco voy a negar que te quiero.