viernes, 11 de abril de 2014

A veces, amándote. Otras tantas oportunidades, odiándote. Quizás te extrañe, quizás te remplace, quizás, solo tal vez, encuentre lo que estoy buscando y pueda olvidarte, tal vez solo tal vez te quedes con un pedazo de mí. Si eso pasa, rogaré que jamás regreses.
A veces, te perdono. En mil oportunidades, he olvidado. En otras miles de millones más, no evité llorar. Sin embargo, ¿cuánto más puedes mentirte a ti mismo? Ya sabes lo que es, ya sabes cómo terminará, es una decisión inamovible, una elección irreprochable.
Hablaré, confesaré, jamás he sido demasiado feliz como lo he dicho. En retrospectiva, he llorado por ti mucho más de lo que he reído contigo y creo que eso no tiene sentido de felicidad, en absoluto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario