viernes, 21 de febrero de 2014

Te has llevado mi mejor parte.

Empieza y termina como siempre hemos esperado, son las últimas palabras que me dedico tiempo a escribir para ti. Jamás esperé nada de lo que pasó, ni siquiera supuse que todo pasaría de esta forma. Sin embargo, nada de lo que esperamos es como lo deseamos.
Nunca esperé que aquél fuera nuestro último beso, de saberlo te hubiese besado más, tampoco me tomé el trabajo de repetir que te amo, pues jamás esperé que fuera la última oportunidad que me daría a mí misma de hacerlo. Te hubiese besado, hubiese hecho de la despedida un real adiós. 
Mientras yo lloro, tú ríes. Supongo que es justo, estoy pagando lo que alguna vez fui capaz de hacer, nada es en vano. No te odio, simplemente deseo ya no amarte. 
Nunca sabes cuando acabarás por perder lo que amas, eso duele. Vivir con el dolor y la duda de pensar si aquella fue la despedida, necesitar entender por qué acabó tan rápido, entendiendo en vano que nada valió la pena demasiado. Sentir el remordimiento, aferrarse a la esperanza nula de que alguna vez pueda funcionar, siendo que sabemos a la perfección que no es así... nunca seremos uno, nunca funcionaremos.
No hice suficiente, no dije suficiente y jamás tendré la oportunidad de hacerlo, porque no dejaré abierta la puerta esta vez. Duele, es frío y oscuro cuando comienzas, pero no tardaré en aferrarme a algo y salir nuevamente a flote. Ya no más historia para nosotros. Cerré la historia, te extraño, pero no dejaría que mi corazón se rompa otra vez.
Te perdí, no encontré valor suficiente, no tuve la valentía de amarte, quizás porque no tenía la seguridad que necesitaba. Tal vez, porque simplemente, no nacimos para estar juntos. Sin embargo, no me arrepiento, no cambiaría nada de lo que pasó, solo lo haría mejor. 
Duele, siempre dolerá. No importa cuanto intente sacarte de mí, te has llevado mi mejor parte. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario