jueves, 27 de febrero de 2014

No fuimos perfectos, pero tampoco encontrarás en ella la vida que encontraste en mí.

Venganza, un plato que se sirve en frío y se disfruta de admirar de lejos. Mortal, letal, doloroso, tortuoso, no interesa qué pasará luego, hay que disfrutar el momento en el que pasa, simplemente allí se disfruta. 

Mil veces he dicho que no sería la clase de persona que tú eres conmigo, pero ¿a quién demonios quiero engañar? Quiero hacerlo, quiero verte sufrir igual que sufrí yo, ¿y qué me lo impide? Absolutamente, nada. 

Tengo una guerra en mi mente, retorcida y esparciéndose en ella, lo teníamos todo y lo has abandonado. La oportunidad perfecta para destruirte poco a poco. Lentamente. Ella es dulce y angelical, pero, claramente, jamás serán lo que tú y yo fuimos. Tomarás de ella lo que quieras y eso poco a poco comenzará a perder sentido para ti, porque nada de fácil alcance satisface siempre las expectativas. Necesitas peligro, negación, lucha, casi entrega, pero siempre con algo por medio, por lo que luchar o negociar.

No fuimos perfectos, pero tampoco encontrarás en ella la vida que encontraste en mí. Somos iguales, algunos años de diferencia, pero iguales en fin. Quizás no tanto, tal vez ella mucho más manipulable, pero, ¿sabes algo? Las ideas retorcidas florecerán pronto. 

Detrás de todo, soy un fantasma escondida tras de ti. Me buscarás siempre y no porque yo lo desee, simplemente así está predispuesto a ser. No me dejarás en paz y tampoco yo lo haré. La venganza será eterna y vital para los dos. Tú llorando por piedad, yo removiendo heridas para verte sangrar.

Enamorados, autodestructivos, masoquistas.

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