Debo admitir a frente en alto que no soy más que un montón
de recortes que no coinciden entre sí. Posturas opuestas mirando un mismo
horizonte, un montón de problemas levemente graves volviéndose pequeños en un
mundo aterrorizado por ciertas opciones.
Rodeada de un montón de personas, intentando que los llame
amigos, sin embargo, al fin de cuentas estoy sola. Cada vez que respiro siento
la presión en el pecho y mi sonrisa cada día está más llena de falsedad que el
día anterior. Solía ser lógico, pero logré probar la otra parte y,
desafortunadamente, me gustó más que esta.
Una ruleta rusa con la pistola cargada a más no poder, en
todas sus opciones debería morir. Tal vez, exagerando demasiado podría decirse
que padecería exhaustamente consecuencias de un pasado estúpido, aún así… el
presente se me vuelve tedioso y oscuro por momentos.
Camino en círculos repitiendo las huellas que alguna vez ya
caminé, nada más tedioso. Las mismas caras, las mismas voces, las mismas
palabras. El mismo dolor. Las mismas heridas. Todo está igual desde hace ya
bastante, ¿y qué hago por cambiarlo? Absolutamente, nada.
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