jueves, 4 de abril de 2013

Maldito perro rastrero



Hace poco mi garganta se hundía en la simple predicción de tener. Mi mundo está simplemente como jamás lo estuvo, mis sentimientos son la escalera al infierno; no tengo paz, no tengo amor. Solo sombras, tristeza y recuerdos, de lo que fue e imágenes fugases de lo que debió haber sido.
Es lo único que mi mente recuerda sin remordimientos, el momento en que todo fue jodido. Jamás me dolió la tristeza, hasta que supe que esta vez no estaba en mis manos malograrla, porque fuiste tú quién tomó el timón cuando la neblina no nos dejaba ver, lastimosamente, cariño, has sido tú quien estrelló el barco.
No puedo llorarte, no preguntes por qué, pero duele así mis lágrimas no caigan, así mis palabras hoy no se oigan, mi corazón late tenue y a mi vida le duele tu ausencia.
Maldito perro rastrero, jamás encontrarás algo tan dulcemente peligroso y estoy tan orgullosa de eso. Estoy tan orgullosa de que no encuentres a otra arpía como lo fui contigo, cariño. 

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