miércoles, 27 de noviembre de 2013

Más juegos psicológicos, no.

Simplemente no puedo apartarlo de mí. Siento amar y aborrecer algo que me da vida, es patético y aún así es real, porque está pasándome; estoy siendo yo en una canción triste que suena a voces somnolientas en medio de una noche de tormenta primaveral. Busco opciones, solo tengo la certeza de que estoy apostando demasiado a un juego que no sé jugar en totalidad. A penas es la segunda ronda, voy ganando, pero después de ganar la tercera y estar en la “cima”, caeré, perderé… voy a destrozarme.
Cerré mis ojos y lo escuché decir una frase absurda pero dolorosa: “si no duele, no funcionó”. Tal vez, solo tal vez, debo suponer que es cierto, que jamás estuvimos cortados para pegarnos en el mismo papel. De alguna forma debo saber si es cierto, si realmente la única forma es esta. Nada se compara a nadie, pero sé que jamás podría dejar de decir que deberás ser el mejor ante todos.

Dime cuantas palabras tu mente piense, pero más juegos psicológicos no. 

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