Están hablando, por las noches la usualidad usurpa sus almas dejándolas devastadas en mares de alcoholes baratos y destructores. Aquí estoy yo, siguiendo un par de trampas insensibles y tomando por rehenes a quienes insultan mi cabello.
La gente está viviendo de mi sangre, chupando mis ideas y me está succionando la ignorancia hacia esas perturbadoras y obscenas vidas plásticas.
¿Vas a masticar mis ideas o quieres que también lo haga? Si vas a especificar, escribe con sangre las reglas y juguemos a la ruleta rusa cuando el mundo esté mirándonos. Sería interesante, aunque podía dejar rastros de que tu conciencia fue tu propio ataúd. Si sigues jugando, podrías quemar tus pestañas y aquellos mutilados osos de goma, como le decíamos, no podrían salvarte.
Debes empezar por creer que estás solo ahora y no es mentira. Vas cayendo y no voy a salvarte, cuéntame, ¿de donde diablos podría empujarte más? Desde aquellos cuentos me he vuelvo una adicta desquiciada, me gusta el tinte rubio y las trenzas desproporcionadas. Me gusta el dolor en mi cabeza y la resaca del día después.
Si vas a encarnizarte en un idiota perdedor, intenta saber que no cambiarías tu esencia. Vas a ser un bastardo, un cerdo gordo y ambicioso.
Esta vez seré la abogada del diablo, le diré al mundo que estoy incriminando al inocente y que podría mostrarme si eso deseara. Me dará igual, me dio igual, me da igual. Quizás sea porque estoy en la línea o simplemente, es que el humo me asfixia.
¡¡¡CULPABLE!!!
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