sábado, 1 de septiembre de 2012

Sonríe solo.

.

¿Por qué podría hablar? Es cuando necesitamos respirar y nos damos cuenta del agua. Vas a odiarme, tal como te odio. Pero duele, más allá de cualquier ironía patética, duele. Me habría gustado no caer, habías prometido que no lo haría, pero... ¿nunca, no es nunca? Es estúpido, pero si nunca es nunca, ¿cuándo será?
No quiero sonreír a medio lado, intentando parecer madura y superarlo. Quiero ser inmadura, quiero ahogarme en alcohol, quiero ser lo que nunca me he permitido ser. Quiero ser lo que nunca fui.
Tus fríos sentimientos están matándome. Me gustaría entender porque detrás del claro oscuro de tus ojos mi sonrisa se empaña de lágrimas. No dejes que vuelva a aborrecer tu idiotez, no permitas que tú mismo te conviertas en tu propio enemigo. Porque llorar, no es una opción.
Deja de mirar mis ojos con deseo, cuando solo ríes y dices alguna idiotez para ocultarte en la porquería. La vida sin amor no es nada, ¿bien? Solo eso dirás, lo tengo más que asumido.

Detrás de una soledad que no retorna hay sentimientos muertos. Tres son multitud, dos también. La soledad es un punto bueno cuando tu espíritu es tu psicoanalista. Un grande dejó claro que la vida nos coge a todos, ¿para qué hacer demasiado melodrama entonces si no nos han cogido aún?
El mundo, estés donde estés, te deja solo. Deberás aprender a convivir contigo y con vos. Ahí, en esa sonrisa sincera, la única que conocí, aprender a vivir es la opción. Sonríe solo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario