martes, 6 de enero de 2015

Mínima acción.

Nadie me lo puede negar, porque es la única verdad a la que me he aferrado. Si tú no encuentras consuelo en nadie más, es porque nada ha muerto, al menos no en ti. Y si llamas cada vez que algo te hace sentir mal, solo opto por pensar que es costumbre, pero no es necesario mentirnos si vamos a hablar con total franqueza, la única que ha sabido consoltarte sin decir nada de más, he sido yo. 
Pero... todo se ha reducido a esa mínima acción y tú sigues sosteniendo que las cosas pueden funcionar, que el amor sigue allí, pero el amor es amor mientras no esté roto. Ya no confío en nada que venga de ti, ¿y qué es el amor si no hay confianza? Pues, nada.
Te perdoné y podría perdonarte toda la vida, pero jamás volver a confiar en nada que salga de aquella mentirosa boca. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario