Mírame y hazme subir. El frío atravesando mis manos, mi
estómago encogiéndose ante tus ojos. Caí en el amor, en esta magia maldita y
absurda que cada que te veo me hace sentir flotar y contener la respiración al
mismo tiempo que mi corazón hace que mi pecho explote. Mis labios tiemblan, mis
palabras son casi insonoras, pero jamás podría explicar la sensación que tiene
mi corazón cuando tu mano toma mi mano.
No hay sentimiento más lindo, no hay sensación más grande.
No consigo aún en mi corazón un amor que tanto lo pueda, una sonrisa que tanto
en mí mueva y una canción que describa
este sentimiento. No hay una noche, no hay un sueño, no hay un momento en el
que tu nombre no pase por mis pensamientos, ¿y a esto podría decirle querer?
Porque siento que quererte es cada día menos.
¿En qué momento pasó?
¿En cuál minuto fue que me enamoré así? Esperaba las cosas de otra manera,
quizás esperaba que nada de esto sucediera ahora. Todo estaba tan distinto hace
un par de meses, de solo pensar lo que somos ahora sonrío y entiendo cuando
dicen “qué idiota te hace el amor”.
Es la única idiotez de la cuál estoy orgullosa. Porque nada
se compara a las mariposas en el estómago, a las ganas infernales de que el
tiempo pase rápido, la sensación de calor en mis labios cuando me besas, no
podría cambiarlo. No querría cambiarlo, jamás. Luego de tanto, estoy tan segura
de que caí en el amor correcto. Sonrío y pienso, que jamás podría cambiarte,
porque no hay nada que ame más en el universo.
El tiempo puede cambiarme, cambiarte, cambiarnos… pero a
este amor, ¡Jamás!
No hay comentarios:
Publicar un comentario