martes, 23 de octubre de 2012

La última vez, será la mejor. Deja tus labios en mis hombros y busca escapar.

"Te pertenezco", dices. Tú canción suena y mis lágrimas son dos perlas que se mueven a un ritmo lento y sufrido, ¿podrías hablar de algo más? ¿Podrías decir que lo tienes todo y lo pierdes luego? Hay un sombrío paraíso, oscuro detrás de nosotros, detrás de mí y tú solo desapareces.
Respondería a mí misma con mis propias palabras y esperaría no hacerme caso, porque soy una estúpida que solo intenta subir mientras baja desenfrenada. Renacer, sintiéndose maligna pero nueva a la vez, la deducción que tomas, la acción que riges. Lo que haces, lo que sientes. Lo que dices. Callemos. 
No hay excepciones en mí esta noche. No hay sueños, no hay canciones no hay nada que mis ojos puedan sentir, ¡debería regresar! Si cierro mis ojos no volveré a sentir lo que pude jamás. Si tú no estás mis manos se pierden en la nada y no hay más por contar. 
Mi mente se encierra en palabras, mis ideas mueren y tú no entiendes el porqué. Estoy ahogada, ¡necesito más! Me duele tanto esfuerzo, yo no nací para estar atada, ¡no nací para ser tú! No me ames, no intentes atarme a mí misma como si fuera rara y distante. Soy una persona, ¡soy igual! El tiempo vuela y mi mente también, quiero tenerlo sin que queme, ¡quiero que el fuego invada mis retinas, pero que no haga efecto!
Tus últimas palabras serán un poema, porque no hay pensamiento más dulce que el último. Vamos quemándonos en algo que no existe y alucinando con todo lo que vimos antes de estar suspendidos en la nada. Siempre quise ser porque era atractivo pretender un poco más. Ahora quiero volver.
Déjenme fuera de las calles, donde el mundo se acabaría si lo pidiera. Toca mi cabello y enciendelo, hazlo con toda mi vida. No intentes llorar, no quiero saber que el mundo cae a tus pies. 
La última vez, será la mejor. 

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