lunes, 28 de enero de 2013

Yeah!

¡Deberías entretenerme! Gritas casi como un maniático, pero no necesito más que un solo de guitarra para apaciguar toda la sangre fluyendo con rabia. Los tiempos son divididos y no tengo ánimos de romper las reglas para encajar. 
Si estoy mal, voy a quedarme así. Si estoy bien, sería como cantar en lo alto de una montaña la canción suicida para luego saltar, ¡asombrosamente doloroso! Somos peligrosos, pero dulces, es algo raro. Sin embargo, seguimos aquí... en la nada de la ignorancia y el misterio, entre tanta gente que cruza sin nada más que su idea de materialismo y religión. 

Mueve tu pie a ritmo, tu cabeza se balancea levemente como si disfrutaras; aún así, no hay pasión. Mientras la música destroza mis tímpanos, mi garganta se hunde en la desesperación de gritar hasta morir. Simplemente somos tan distintos, que me gustaría no estar aquí contigo.
Agitas tu mano diciendo que el rock fluye en ti, ¡es patético! El rock en mí no fluye, el rock en mis venas muere, envenenándome con más de esta mierda, ¡esta floral y bonita mierda negra y metálica!

Alguna vez, vas a preguntarme de qué hablo en cada una de mis oraciones. 

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