miércoles, 8 de mayo de 2013

En tan poco, conozco tanto de ti, como tú de mí.

Simplemente, describirlo sería la perdición de mi corazón.
Su enorme, blanca y reluciente sonrisa, sus gestos al bailar, sus ojos achinados entre cerrados cuando la simpatía se apodera de su cara. Su manos sobre mi cintura y sus palabras narrando el texto de un locutor, contándome historias de un "hombre de la noche", como él se mencionó.
Nadie entiende lo que podríamos llegar a ser, nadie es capaz de soportar nuestro amor infantilmente maduro. En tan poco, conozco tanto de ti, como tú de mí. Te arreglas el cabello cada vez que estás nervioso, amas hacerme reír sin sentido, los motores y el fútbol son tu pasión, te gusta que te diga que sí y no hay palabra para describir lo que amas ponerme nerviosa o hacerme sonrojar. Solo el sillón de tu casa es testigo de todos los golpes que terminan en besos, de las palabras que terminan en susurro, de las risas que terminan en una dulce sonrisa melodiosa e unísona.
Jamás arriesgué tanto con alguien, jamás esperé que un sábado por la noche bailar contigo me cambiara la forma de actuar diariamente. Te quiero.

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